Cruzadas Evangelistas Europeoamericanas

                              
           
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Las setenta semanas de Daniel


De
Charles Gilbert Weston
Extraído de cintas de audio y notas de la
Biblia Weston para el estudio de EMMA MOORE WESTON
 
 
La mente de Daniel estaba perturbada y temblaba su espíritu por lo que había leído en los manuscritos del profeta Jeremías. Jeremías profetizó el regreso de los setenta años de cautividad en Babilonia. Eso estaba bien, pero habían otras profecías terribles que no entendía. Dios dijo que El los visitaría para confirmar su buena palabra hacia ellos y eso conllevaría el regreso desde todas las naciones  en las que habían sido dispersados y les proveyó “un final esperado”.
 
Pero Jeremías reparó en dos canastos de higos, algunos muy buenos y otros tan malos que no se podían comer. Esto representaba al pueblo. Dios dará a los buenos higos un corazón para que lo conozcan (Jeremías 24:7),  y ellos serian su pueblo y el sería su Dios porque ellos se volverían a El con todo su corazón.
 
Pero los higos malos serán eliminados de todos los reinos de la tierra y serán un oprobio y un dicho, una burla y un maleficio en todos los lugares donde sean enviados. Jeremías tomó la cesta mala y la rompió frente a los ancianos del pueblo quedando irreparable y les dijo que Dios iba a hacer lo mismo a esas personas y a la ciudad (Jeremías 24:8).
 
Daniel se vistió con una arpillera y cenizas y se lanzo a orar y ayunar  para buscar a Dios.  Oró con profunda angustia y arrepentimiento.  
 
“Entonces Gabriel voló rápido y me tocó en la hora de la ofrenda de  la tarde y me informó. Ahora, Daniel he venido para darte sabiduría y entendimiento...Entiende pues la orden y entiende la visión. He venido para ensenártela y para que la comprendas.” (Daniel 9:21-23)  ¿Qué cosa? ¿Qué visión? La visión,  que le dio Jeremías, de lo que iba a suceder, cuando el Mesías viniera.
 
Setenta semanas serán necesarias para que tu pueblo y tu santa ciudad terminen la transgresión, pongan fin al pecado, expíen la iniquidad , traigan justicia perdurable y sellen la profecía oculta y unjan al santo de los santos. Desde la partida de los mandamientos para reconstruir y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe pasarán siete semanas, tres veintenas y dos semanas. Las calles se reconstruirán y el muro, incluso en tiempos problemáticos.” (Daniel 9:24-25). Un día por un año es la escala de tiempo válida para la medición del tiempo que se hace aquí. En estos versículos la equivalencia de los dias equivale a 483 años. En las primeras siete semanas de esos años (49 años) tendrán  trabajo reconstruyendo la ciudad.
 
¿Podemos pedir ago más concreto? Ahora pueden saber cuando vendrá El y disponer de tiempo para prepararse. Los estudiosos sabían que era el tiempo de la venida del Mesías cuando se rumoreó que los ángeles habían anunciado su venida en el nacimiento de Cristo Jesús.
 
Disponían de más de treinta años antes que  Jesús bajase al Jordán para ser bautizado. A medida que salía del agua, vieron una paloma descender sobre El y una voz desde los cielos que decía: “Este es mi Hijo amado, del que estoy satisfecho.” (Mateo 3:17). Esto fue el final de la semana sesenta y nueve, la cual completa los 483 años antes que el Mesías venga. Se designa como el fin de los tiempos y por un nombre especial, El  Príncipe. El Padre lo identificó como “David” (Strong 732);  el vocablo hebreo del termino en inglés “The beloved (El amado”). En griego literal es, “Este es mi Hijo, el Amado, ese que es David el profetizado;” (Salmo 89:3 y 26:37, Isaías 55:3-4, Jeremías 30:5-9, Exequiel 34:23, 37:24, Oseas 3:5, Efesios1:6 y Colosenses 1:13). Dios públicamente  identificó  y atestiguó a Su Rey- Mesías de forma explícita como Su Principe elegido del linaje de David;
 
“Y después de las sesenta y dos semanas el Mesías cesará, más, no por sí  y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario y su fin será con inundación y hasta el fin de la guerra duraran las devastaciones.”(Daniel 9:24-27).
 
(“El Príncipe que ha de venir a destruir” es una declaración entre paréntesis, porque no encaja con las cosas que debían haber pasado en la  semana 70.) “El confirmará el pacto con muchos por una semana y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda y destruirá la difusión de la abominación hasta la consumación.”
 
El  versículo 27 del capítulo 9 de  Daniel  ha sido interpretado equivocadamente. “El confirmará la Alianza con muchos.” Algunos dicen, “El Anticristo va a hacer un tratado con los Israelíes para traer paz a Oriente Medio. Rompiendo el pacto en la mitad de la semana y tenemos la gran tribulación.”  Eso no es lo que dice Daniel 27:9. “El confirmará el pacto con muchos por UNA SEMANA”. Confirmar significa imponer, es un término militar,  un bando gana al otro bando. El impone el pacto durante siete años.
 
¿Qué pacto? “Bueno, el Anticristo viene y ofrece el pacto.” ¿De dónde sacaron al  Anticristo? Jeremías nada dijo sobre el Anticristo. El Nuevo Pacto será hecho con el pueblo de Israel por medio del Mesías, el Príncipe, y el perdonará sus pecados y escribirá su palabra en sus corazones. Es el Nuevo Pacto y es el Mesías quien lo ofrece.
 
Todo el  tiempo y la eternidad penden de esta Visitación de siete años. Setenta semanas (490años) son las estipuladas para el cumplimiento de las seis profecías, ninguna de cuales se cumplió en las sesenta y nueve semanas (483 años) Todas las  seis profecías se cumplen en la  semana 70.  Si la semana 70 se pospusiese, entonces todo quedaría pendiente. ¿Entonces 70 no significa nada? ¿Y qué hay entonces del Calvario?,  Y Pentecostés?
 
Ver Daniel 9:24. Una semana de los siete años contiene el cumplimiento de los siguientes postulados:
 
1. “Acabar con las transgresiones.” Acabar, kala (Strong 3607 en Hebreo) restringir, limitar, coartar el pecado, comienza con el trabajo de Juan el Bautista. (Malaquías 4:5-6; Juan 1:23)
 
2. “Poner fin al pecado” Chatham (Strong 2856 Hebreo): Sellar, copar, refiriéndose a Mateo 23:13-361 Tesalonicenses 2:15-16 y Romanos 9:22-29. “Mas el Señor cargo en él  el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6b)
 
3.  Para reconciliación por la iniquidad”. Kaphar (Strong 3722 Hebreo). Ver Juan 3:15-17, Romanos 5:8-11, 2 Corintios 5:17-21 y Hebreos 10:5-17, 7:18-19 y 8:6-13. Reconciliacion como en Ezequiel 45:15, 17. “Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8b)
 
4. “Para traer perpetua justicia.”  Como en Isaías 51:5-8, Romanos 3:21-26, Filipenses 3:7-11, 1 Corintios 1:30 y Efesios2:1-10, “para  declarar su rectitud”. (Romanos 3:26).
 
5. “Para sellar la visión y la profecía.” Chatham (Mateo 5:17-18, Efesios 1:9-13, 2 Corintios 1:18-20, Colosenses 1:12- 23, 2:8-17, 1ª Juan 5:10-12, 4:16 y Gálatas (1:8-12)
 
6. “Para ungir al  más santo.”Después de Mateo 3:13-17 y Hebreos 2:9-10 vino la unción en Hechos 2:22-36, v.33. Está  reseñada hermosamente  en la  unción de Salomón (1 Reyes 1:32-40) y en 1Crónicas 28:1  hasta  29:22-23. “He puesto [ungido] mi rey sobre mi santo monte de Sión.”(Salmo 2:6, ver Isaías 28:16 y1 Pedro 2:4-6, Hechos 4:1, 13:32-39, Apocalipsis 2:26-27, Hebreos 12:22-28 y 1 Tito6:15-16).
 
Esta semana es el alba del Hijo de la justicia, (Juan 12:47-50, 8:12, Isaías 59:20, Hechos 3:22-26, Lucas 19:41-44)  y centro de los Pactos de la promesa, tipología y profecía, (Mateo 5:17-18, Hechos 3:24, 26:22-23, 26:6-7, 1 Pedro 1:9- 12, Colosenses 2:9-17 y 1 Corintios 10:1-11). Esta  semana es el origen histórico, cronológico, moral y redentor de todas las generaciones de la raza humana.
 
Todos los acontecimientos descritos en Daniel 9:24 ocurrieron durante los siete años POSTERIORES a la semana 69 sin interrupción. Estudiad los capítulos 29 al 31 de Jeremías donde se profetizan estos acontecimientos y lo que Daniel averiguó.
 
“El hará que el Pacto permanezca por una semana.”Gabriel estaba hablando de la profecía de Jeremías 31:31-37, no de cualquiera, sino de “EL PACTO”, el nuevo con la ley de Dios escrita en sus corazones. El perdonará sus iniquidades y no las recordará  más. (Daniel 9:21-27). Cuando venga  el Mesías, dispondrá de una semana profética de siete años para ver su cumplimiento.
 
Al final de la semana 69, Dios identificó públicamente al Mesías, al Príncipe. (Mateo 3:13-17). Las sesenta y nueve semanas (siete más sesenta y dos) comenzaron en el año 457 a.C con el decreto de Artajerjes, (Esdras 7:11-13) y se ultimaron en el año 27 d.C, 483 años más tarde. (ver Lucas 3:22-23).
 
El Nuevo Pacto debía ser confirmado en siete años. Los siete años comienzan en el año 27 d.C. y finalizan en el 34 d.C., de estos, tres años y medio del ministerio terrenal de Cristo y después el Calvario. Israel traicionó  y crucificó a su Rey en la mitad de la semana, El fue cortado, pero no por sí mismo. “Por la rebelión de mi pueblo fue herido” (Isaías 53:8c).O sea el ministerio de Cristo duró tres años y medio, en exclusiva a los judíos, desde su trono por el Espíritu Santo, concluyendo así los 490 años.
 
Algunos maestros  leen las profecías que acontecieron durante el cautiverio sobre su regreso, como si hoy se tuviesen que cumplir para Israel. Toman esas promesas y dicen, “Ves, Dios dijo que los llevaría de regreso y ahora están regresando.” Esta no es la forma de entender las escrituras. Has de contextualizar y ver el punto de vista. Dios dice que las promesas se cumplirán al final del cautiverio en Babilonia. No en el siglo XX de la era Cristiana.
 
“Porque yo sé  los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová. Entonces me invocareis y vendréis y me orareis, y yo os oiré,  y me buscareis, y me encontrareis si me buscáis  con todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice el Señor y os reuniré de entre todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice el Señor, y os haré volver al lugar de donde os hice llevar cautivos.”(Jeremías 29:11-14) El contexto muestra  que habla del Remanente que lo serviría.
 
Pero en los versículos 17al 19, la palabra para la mayoría de los impíos es: “He aquí, enviaré contra ellos espada, el hambre, y la pestilencia, y los haré como higos malos, que de tan malos no se pueden comer...Y haré que sean expulsados de entre todos los pueblos de la tierra y los haré maledicción, estupor y abucheo y oprobio en todos los pueblos en los que sean expulsados; Porque no oyeron mis palabras, dice el Señor.”
 
Aquí hay dos cosas. Una, la destrucción del grupo de apostatas, dos, la tribulación de Jacob. Dios no les ofreció esperanza alguna. La salvación de Jacob está  al margen. Es el remanente el que formará la Iglesia de Jesucristo. Los que buscaron y encontraron al Señor. Ver Romanos 9:21-29.
El gran trabajo de Dios en Jesucristo en la visitación de los siete años fue cuando Dios en persona  bajó desde los palacios de marfil a un mundo de dolor, tomó forma de siervo, se humilló  y fue obediente hasta la muerte para traer el Nuevo Pacto a toda la humanidad. Esto ha sido lo más grande que ha sucedido jamás en la eternidad, nada puede superarlo.  Este es el Pacto del que se habla.  Clarifica a Jeremías y la visión y esperanza que El  depositó sobre los hijos de Israel a su regreso a la  tierra para que allí recibiesen al Mesías al final de la semana 69.
 
A pesar del hecho que fue dócil y humilde y fue a su gente ofreciéndoles salvación, paz, amor y una vida nueva, no le recibieron, sino que lo rechazaron, condenaron y crucificaron. La acogida que Dios recibió por parte de la humanidad es incomprensible. El profeta dijo que El vino para enjuiciar al mundo y traer luz a los gentiles. El no fallará ni se amedrentará hasta que haya cumplido  su misión, que se ajusta a la afirmación de que hará que el Pacto impere.
 
Es una Guerra con todo el infierno puesto en contra de Dios para destruirlo y tratar de romper Su plan para la salvación del género humano. A pesar de todo lo que lo que el demonio hiciese en su contra, El no se amedrentó.
 
Llegó hasta el Calvario y bajó al infierno e hizo cautiva la esclavitud  y está sentado  a la derecha de Dios, habiéndonos traído salvación eterna. El nos limpió de nuestros pecados y se convirtió en el  mediador de la Alianza Nueva. El ha traído la Alianza, algo maravilloso. Se cita explícitamente al Mesías en el versículo 24 cumpliendo la ley y sellando la profecía  y estando ungido y trayendo la reconciliación por los pecados, la salvación y la  justicia eterna.
 
“El confirmará la alianza con muchos.” (v.27) ¿Por que no con todo el pueblo?  El pueblo en conjunto lo rechazo a él y a su Pacto. Sin embargo, el fue capaz de prevalecerlo por siete años, con muchos. Lo que Jesús empezó a hacer y a enseñar  lo llevó hasta el Calvario y la Resurrección. Después de esto, el derramó su Espíritu Santo sobre los creyentes en Pentecostés.  
 
El ofició desde su trono a sus seguidores durante tres años y medio  hasta que Esteban fue apedreado, la iglesia se diseminó y los gentiles aceptaron el Evangelio. Fue la realización de Daniel 9:27. Cristo confirmó  la Alianza y cesó el sacrificio y la ofrenda. (Hebreos 10:1-14, esp.v.9). “El quitó lo primero para establecer lo segundo”. La Nueva alianza no podía ser confirmada a menos  que la antigua Alianza Mosaica fuese anulada. Esto tenía que hacerse con la crucifixión del Mesías. La retiró,  clavándola en Su cruz a mitad de esa semana y eso concluyó el sacrificio y la ofrenda. Cuando el velo fue rasgado en dos en el templo, se cumplió totalmente. Tenía que hacerse en esa semana después de la presentación del Mesías en el  Jordán cuando Dios lo identificó por quien exactamente era.
 
El tenía que hacer que el pacto prevaleciese durante siete años y fue lo que precisamente hizo.
 
Algunos maestros colocan el cumplimiento al final de esta era y entonces   van a Tesalonicenses y encuentran al anticristo y lo trasladan a Daniel 9. ¿No es asombroso? ¿Cómo  puedes sacar la setentava semana y ponerla  al final de esta era cuando Dios le dió cumplimiento?
 
Esta idea fue sugerida primeramente  por Francisco Ribera, un sacerdote Jesuita de Salamanca, quien en el 1585 d.C. publicó un comentario sobre Babilonia y el anticristo que decía que la setentava semana de Daniel pasaría en el futuro. Ribera puso una gran venda a la setentava semana y la estiró al final de ese tiempo. Su propósito era objetar contra de la Reforma Protestante y para apartar la doctrina Protestante de los tiempos en el que papado era el anticristo. Situaba los primeros capítulos del Apocalipsis en el primer siglo. El resto lo puso en un periodo de tres años y medio al final de los tiempos. El templo Judío sería reconstruido por un anticristo quien negaría a Cristo, pretendiendo ser Dios y conquistaría al mundo. ¡La imaginación es algo tremendo!
 
Clarence Larkin admitió que el material que obtuvo para sus representaciones proféticas provenía de Francisco Ribera. Miles de ministros sinceros han usado estas cartas, ni se imaginaban de donde venían ni el propósito que escondían.  
 
!El daño que Ribera provocó a la Iglesia Cristiana con estas invenciones es incalculable!
 
Las setentava semana ha de seguir a la sesentainueveava ,  tres años y medio hasta que El fuese interrumpido, el resto de la semana El (Jesús) ofició a sus siervos desde el cielo. El juicio esperó porque Dios le dio a Israel tiempo para arrepentirse. Lo tuvieron hasta el 70 d.C. cuando Dios los destruyó totalmente, barriendo completamente a la gente, he hizo del país un lugar inhabitable durante cincuenta años.
 
Tito, el príncipe de la gente, quien vendrá, (Romanos) y sus soldados que eran de todos los pueblos del imperio, destruyó a Jerusalén y a su gente. Llevó a cabo el dictamen de Cristo. El Remanente que aceptó a Cristo abandonó la ciudad en obediencia según Mateo 24:15-22 y Lucas 20:21, y escapó  sin percances, pero la ira fue derramada por Cristo rechazando a Israel.  (1ª Tesalonicenses 2:2:14-16;  Mateo 23:32-36). La ira recayó   solamente sobre los desobedientes y a perpetuidad (ver la Destrucción de Jerusalén en el apéndice de la Biblia de estudio Weston).
 
Todos los eruditos concuerdan en que en Daniel la escala de  tiempo divino es un día por año. (Ezequiel 4:6). Las 70 semanas comenzaron  en el año  457 a.C.,  y concluyeron en el 34 d.C. La profecía se ha cumplido.
 
 

El verdadero Israel
La enseñanza de Romanos 11


Por
Charles Gilbert Weston
 
 
Moisés ofreció una gran profecía de Cristo, una como él mismo que ofrecería a Israel toda la palabra de Dios. Si algún hombre no escucha  a este profeta, Dios se lo demandará. Pedro la cita como en cumplimiento en esa era, “Y sucederá que toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo.” (Hechos 3:22-23). Israel está entre la gente  que será destruida. Si los Apóstoles estuvieran aquí hoy día, ¿quién les creería?
 
El nombre de Israel  presenta varias acepciones. Para muchos, tiene solo un significado. Su primer uso Bíblico se encuentra en Génesis 32:24-29. Jacob se encontraba en aprietos. Regresaba a su hogar con sus mujeres, sus hijos y su ganado, eran un pequeño grupo indefenso que avanzaba. Su hermano, Esaú, que había jurado matarlo por haberlo engañado, iba a su encuentro con cuatrocientos hombres. Jacob envió a su familia adelante, grupo a grupo, para enternecer el corazón de Esaú. Se quedo atrás para orar y forcejeó con un ángel del Señor. Al alba, el ángel le dijo, “déjame ir.” Y Jacob dijo,  “No te dejaré si no me bendices” El ángel le pregunto su nombre. Jacob le dijo su nombre, que significa suplantador, uno que substituye a otro con artimañas. El ángel le dijo, “No se dirá mas tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido.” Allí el ángel lo bendijo.
 
Dejó a Esaú como Jacob, el tramposo. Se reencontró a si mismo como Israel, un príncipe con Dios. Esaú acudió pacíficamente y tuvieron un encuentro como hermanos. El ángel del Señor le dio a Jacob su propio nombre. En Isaías 49:3-4, Israel es el nombre de Cristo, el que venció y compró nuestra salvación y nos trae a la experiencia de ser llamados Israel, para que también seamos los vencedores.
 
Los descendientes de Jacob son llamados los hijos de Israel. Cuando el Reino fue dividido la nación del norte fue llamada Israel y la del sur Judá.
 
El nombre Israel también puede ser aplicado a pecadores vulgares. (Números 25:6-14).
 
El Remanente Santo de Israel era el verdadero Israel. Elías alzó la voz a Dios clamando que solo él servía a Dios, y el señor le respondió,” “Tengo siete mil que no se han arrodillado ante Baal.” Eran su verdadero pueblo, que resistió la tentación de inclinarse ante ídolos y fueron los vencedores. El resto, todos fallaron. Dios les dio el nombre para que fueran ejemplo frente a los demás.
 
El Israel apóstata se siguió denominando Israel aunque perdieran el derecho a llamarse así. En Isaías 1:2-4, el Señor se lamenta, “Oíd, Oh cielos y escucha  tú, tierra... porque crié  hijos y los engrandecí, y se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; pero Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. ¡Ah pueblo  pecador, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos que son depravadores! Dejaron al Señor, provocaron la ira al Santo de Israel, se escaparon.”  Todavía les llama Israel mostrándoles  el profundo agujero al que han descendido. Sus descendientes crucificaron a Cristo.
 
Dios dejó un Remanente de verdaderos vencedores y un remanente  del Israel apóstata. Algunos dicen, “Eso no está en el Nuevo Testamento.” Si, lo está. Ver Juan 1:19-20  ¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué queréis matarme? Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes: ¿Quien quiere matarte?
Ver Juan 8:37-40, 41, 44a: “Se que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no tiene cabida entre vosotros. Yo hablo lo que he visto con mi Padre y vosotros hacéis lo que habéis visto de vuestro padre. Ellos dijeron, Abraham es nuestro padre. Jesús dijo, si fuereis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. Pero ahora procuráis matarme, al hombre que os ha hablado la verdad la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de  fornicación, un padre tenemos, que es Dios... [Jesús entonces les dijo] vosotros sois de vuestro padre el diablo y los deseos de vuestro padre queréis cumplir.”
 
Se menciona a dos Israel. “El Israel que seguía la ley de justicia, no ha conseguido la ley de la justicia. ¿Por qué? Porque la seguían no por fe, mas por obras .”(Romanos 9:31-32). El Israel que seguía la ley es el opuesto al electo Remanente de gracia. (Romanos 11:5,7-10).  “Lo que buscaba Israel no lo ha alcanzado; pero los escogidos si lo han alcanzado, y los demás  fueron cegados; Romanos 11:7, 16b, 17a. “Si la raíz es santa, también lo son las ramas, y si algunas de las ramas fueron quebradas...”Algunas ramas fueron quebradas y se les injertaron olivos silvestres. Debemos identificar las ramas quebradas a un  grupo. “Bueno, porque los incrédulos fueron quebrados.”(Romanos11:20). El Israel de Dios se observa en Oseas: “Y en el lugar donde les fue dicho, vosotros no sois pueblo mío, les será dicho, sois hijos del Dios viviente”. (Oseas 1:10; 2:23b) “Les diré  a los que no eran mi pueblo, sois mi pueblo, y ellos dirán, tú eres mi Dios.” Las profecías de Oseas identificadas por Pablo en Romanos 9:22-26  revelan que la Iglesia es el verdadero Israel. Nótese el uso que Pedro le da a Joel 2:32  en cuanto donde se encuentra la salvación: “En Sion y en Jerusalén será la liberación...y en  el Remanente al que el Señor llame.”
 
¿Perdió el Remanente de Israel el nombre Israel por ser fiel a Dios? No según los profetas. (Isaías 54:1-13, Gálatas 4:22-30, 6:16; en Romanos 9:22-26). Vosotros que en otro tiempo no erais pueblo de Dios..., ahora habéis alcanzado misericordia, ahora sois el pueblo de Dios.” No un pueblo (1Pedro2:10a)
 
¿Existe alguna esperanza para las ramas quebradas? Sí, por supuesto. Si quieren rechazar la incredulidad la esperanza todavía existe. Si creyeran en la Roca de la salvación, el verdadero cimiento estable, (Isaias28:16); El que murió por ellos, (Isaías 53), El que vino en el tiempo señalado, (Daniel 9); entonces saldrán del Israel carnal y entrarán en la salvación y gloria y vida del Israel de Dios, hacia el interior del Cuerpo viviente y a la Iglesia de Cristo que es el Israel del Nuevo Pacto.
 
La actual y última era de gracia muy pronto pondrá  fin a esta oportunidad de salvación, y tristemente muchos de los Israelíes que han rechazado a Cristo  habrán dejado pasar demasiado tiempo. (Mateo 8:10-12, Lucas 13:25-29). “Habrá lloros y gemidos y crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac, y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y vosotros mismos os hayáis echado afuera”.
 
¿Suena esto a fundar un Reino? Fijaros en este versículo: “Así es que todo Israel será salvo.” Si, pero veamos, ¿A qué Israel se refiere? La Biblia es muy explícita afirmando que de todo Israel solamente será salvo un Remanente. (Isaías 10:22-23, en 5:1-14; Romanos 9:27, Mateo 23:32-38 y 8:10-12). Incluso en el Viejo Testamento se afirma que “Todo Israel” el que es salvo. (Isaías 45:17,25) lo es “en el Señor”. Isaías  nombra al que desciende al infierno….. y el otro que “En el SEÑOR ES SALVO. ¿Ha quedado sin efecto la palabra de Dios? La respuesta es NO. Hay dos Israel; el conocido de Dios antes de la creación del mundo es al que Dios siempre se refirió en su promesas, en su descripción, en profecías, en alabanzas, poéticamente, en prosa y con sus puertas abiertas de día y de noche para todo el que quiera. Deja que el cansado y el sediento vengan a beber de la eterna misericordia, amor y vida. Amén. Linaje y herederos de Abraham, según la promesa. (Gálatas 3:29).
Pero el profeta dijo que la Nación de Israel sería renovada. Eso es verdad, leer sobre ello en Ezequiel 34. Trata de la venida de Cristo a las ovejas perdidas de la casa de Israel en un gran encuentro, de purga y renovación. Coloca el trigo en el granero y echa la paja al fuego. Fue una gran renovación (Isaías 53:6) y reforma. (Hebreos 8:6-13, 9:10-15, Malaquías 3:1-3, 16-18 y Juan 1:11-13).
 
El Nuevo Testamento fue un tratado de renovación, porque el pueblo se perdió con el Antiguo (Jeremías 31:31-32, Deuteronomio 28:15). Pero acontecerá, si no oyeres la voz de tu Dios para cumplir todos sus mandamientos  y sus estatutos que yo te instruyo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzaran.” Habías leído alguna vez estas terribles y aterradoras maldiciones de Deuteronomio 28? Aun así, ellos [los judíos] quebrantaron el Viejo Testamento y rechazaron el Nuevo. “Pasó la siega, terminó el verano y nosotros no hemos sido salvos” (Jeremías 8:20). Palabras aterradoras sobre Israel .
 
Los orgullosos Fariseos eran conscientes de lo que significaba el término todo Israel. Creían que significaba la descendencia natural de Abraham a través de Jacob, es decir, ellos mismos. Las advertencias de las Escrituras no iban con ellos. No tenían la necesidad de ser salvos o de renacer. Tenían a Abraham por su padre (Lucas3:7-9, Juan8:39-48)
 
El todo el Israel de Isaías 45:25. “En el Señor  será  justificada toda la descendencia de Israel.” Y todos tus hijos serán enseñados por el Señor,” Isaías 54:13 equivale a Romanos 11:26-27. Viniendo  al caso Pablo cita a Isaías 59:20-21: “Todo Israel será salvo”. “Y vendrá el redentor a Sion, y rechazará la iniquidad en Jacob. Y este será mi Pacto con ellos,” y Pablo parafrasea lo obvio, “Cuando quite todos sus pecados.”  Isaías cuenta lo  que ocurrió en la primera aparición de Cristo. Pedro predicando a los judíos en el templo declara el cumplimiento de la misma profecía en Hechos 3:25-26. Isaías habló del nuevo Israel sobre el cual Dios derramaría su Espíritu Santo y en quienes Cristo plantó la palabra de Dios. (Isaías 60:21 y 61:1-3). El Libertador ciertamente limpió  al Israel del Nuevo Testamento de todos sus pecados para que pudiesen impregnarse del Espíritu de Dios.
 
En lo referente a “Los dones y el llamamiento de Dios son sin arrepentimiento” (Romanos 11:29), algunos lo interpretan como si fuese un  decreto absoluto cuyo significado es, “aun cuando son enemigos, Dios llamó a su pueblo Israel, así que lo sigue siendo y no puede perderse.” En realidad significa que si Dios te llama, asegúrate de desempeñarte en tu llamada, porque Dios te lo tomará en cuenta. Pero leed 1 Samuel 2:30,  Jeremías18:1-12; “Y dijeron…porque en pos de nuestros ídolos iremos,” 19:1-11 y Romanos 11:22. “Ved aquí la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero para ti, bondad, SI  permaneces en la bondad, pues de otra manera tu también serás cortado.” Estas referencias deberían dar claridad espiritual a nuestro razonamiento. Ver Hebreos 2:1-3.
 
No todos los que descienden de Israel son Israelitas. Ni por ser descendientes de Abraham, son todos Israel porque en Isaac te será llamada descendencia. Los de la promesa son la simiente. Si eres de Cristo, entonces tú eres simiente de Abraham y heredero según la promesa. En Cristo todas las familias de la tierra serán bendecidas. No somos hijos por algún evento fortuito, pero si somos herederos de una inmediata conversión. El verdadero Israel no es un prototipo sino una realidad,  son La Iglesia de Jesucristo, ellos (de la carne) en cambio no sirven a Dios en Jesucristo ni obedecen sus palabras.
 
Pablo habla a sus hermanos gentiles en Gálatas: “Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.”Isaac fue el primer Pacto. Ismael por despreciar  a Isaac fue expulsado de la congregación. Pablo ofrece enseñanzas de Cristo en Génesis 21:1-12, Gálatas 4:19-31. Dos mujeres, dos hijos, dos Jerusalén, dos pueblos. Agar e Ismael  representaron al Israel carnal, Sara e Isaac representaron a los cristianos. Y  con todo y  eso, “Expulsa a la sierva y su hijo, (los judíos) el hijo de la sierva no heredará con el hijo de la libre.”
 
Aunque  el apostata Israel crucificó al Señor de Gloria, todavía son llamados Israel y en Isaías 1:9-10, son llamados Sodoma y Gomorra. Pero Isaías dice, “Aunque el numero de ellos sea como la arena de la mar, un remanente será salvo” (Isaías 8:14; 28:16).
 
La Iglesia también es llamada Israel. (Oseas1:10; 2:23). Scofield afirma que se  refiere al Israel en la carne restituido, pero esto es  exactamente lo opuesto a la enseñanza de los apóstoles  Pedro y Pablo. Oseas habla del rechazo del Israel carnal, “Porque vosotros no sois mi pueblo, ni  yo  seré vuestro Dios.” Y  hablando a los gentiles ellos dijeron “No eran un pueblo pero ahora son el pueblo de Dios.” Es mejor creer a los apóstoles que a las anotaciones de Scofield. Si los apóstoles interpretan a Oseas como vemos que lo hacen, esto tiene que tener una  importancia mayor de la que  podamos captar. “En el lugar donde  fue dicho; no sois mi pueblo debería decir los hijos de Dios.”
 
Que los profetas nunca mencionan a la Iglesia es una idea que  aparece una y otra vez en varias anotaciones hechas sobre la Biblia y es el principio de muchas enseñanzas. Se apropian de las promesas de Dios a los vencedores  y las aplican al Israel carnal. Quienes  siguen al Señor para conocerlo son Israel, ya sean judíos o gentiles. Con el tiempo, Dios los unirá en uno solo.  La Iglesia primigenia era completamente judía. “Por tanto acordaos, de que en otro tiempo, vosotros, comenzasteis como los gentiles en cuanto a la carne......estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel, ajenos a los pactos de la promesa sin esperanza y sin Dios en el mundo.” (Efesios 2:11). “Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos habéis sido hechos dignos por la sangre de Cristo.”(v.13).
 
La promesa crucial a Israel es, “Si guardareis mis mandamientos,  seréis para mi especial tesoro sobre todos los pueblos... Formareis un reino de ministros del Señor, y una nación santa” (Malaquías 3:16-17).
 
Bajo el antiguo Pacto Mosaico nadie podía ser sacerdote excepto Aarón y su familia. Cuando el sacerdocio fue abandonado, cambió la ley. (Hebreos7:12). La orden del sacerdocio de Melquisedec fue eterna. Jesús era de la tribu de Judá de la cual Moisés no dijo nada en lo concerniente al sacerdocio. Nosotros, en Cristo hemos sido hechos Reyes y sacerdotes de Dios (Apocalipsis 1:6).
En el servicio de la comunión vemos las siguientes palabras, “Esta es la Nueva Alianza con mi sangre que fue derramada por vosotros.”  Leemos en Hebreos que la sangre de los toros y los machos cabríos no puede quitar el pecado, no puede hacerlos perfectos ante Dios. El camino a la santidad no se había declarado porque la sangre de Cristo no había sido derramada. No podía cumplirse hasta que el Viejo testamento fue eliminado y reemplazado por el Nuevo. Bajo el Viejo Testamento, caminaban bajo el favor de Dios, si se mantenían en su alianza. No los limpiaba de sus pecados, ni los removaba, ni los hacía reyes ni sacerdotes de Dios. Pero los mantenía en el camino que los guiaba hacia Jesús y su salvación.
 
Exodos19:1-8 se menciona en Jeremías 7:23-26: “Escuchad mi voz, manteneros bajo mi Alianza y seré vuestro Dios.... en la dureza de su corazón malvado caminaron. Envié profetas, no los escucharon. Hicieron peor que sus padres. (v28) este es el pueblo que no escuchó la voz de su Dios, no admitió corrección; pereció la verdad  y de su boca quedó cercenada.” Israel desobedeció a Dios después que El ofreciese misericordia tras misericordia.
 
Al final, Dios dijo que ellos iban a ser castigados. Jeremías 7:33-34  Se cumplió  explícitamente cuando Dios derramó su ira sobre quienes  primordialmente rechazaron a Cristo en el año 70dC, con la destrucción de Jerusalén.
 
Jeremías tuvo la visión de unos higos, algunos buenos y otros malos. Algunos eran deliciosos y otros tan malos que no se podían comer. (Jeremias24) Es como Israel, algunos muy malos y otros son el remanente santo. Todas las maldiciones serán vertidas contra los malos higos, los desobedientes. Malaquías trato del Israel apóstata. Dios está dolido con ellos, pero “entonces los que temían al Señor, hablaron entre ellos y quedó escrito un libro de recuerdo …… para los que temían al Señor y para los que pensaban en su nombre. Y ellos serán para mi, dijo el Señor de los ejércitos, en el día que yo haga mi tesoro, y los perdonaré,  como el hombre que perdona a su hijo que le sirve” (Malaquías 3:16-17).
 
Dios esperaba el momento en que juntaría su Cegula (su tesoro especial), su rebaño serian sus hijos. (Mateo 24, Isaías 1:8-10). “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron, mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:11-12). Ellos eran su Cegula no por ser simiente de Abraham o hijos naturales de Israel, sino por recibir al Mesías y en El fueron nueva creación. “El nos hizo renacer para una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo (1 Pedro 1:3).
 
Ellos pueden decir ahora a la Iglesia esparcida por Asia Menor y a nosotros en nuestro tiempo (a los gentiles pero fue escrito a los judíos); “a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas” (1 Pedro 1:8-9).
 
Fuimos redimidos no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:18-19). “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (1 Pedro 1:23). “He aquí, pongo en Sion la piedra angular, escogida, preciosa y  el que creyere en El no será desorientado... pero para los que sean desobedientes  una piedra desestabilizadora y una roca de ofensa.” (1 Pedro 2:6-8). Vosotros también, como piedras vivas sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo para ofrecer sacrificios,” (1 Pedro 2:5) El les dice, “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, un pueblo singular” (v9).
 
Muchas escuelas Bíblicas enseñan  que  los profetas no nombran a la Iglesia y que el contexto de los profetas es Israel  y que todas las cosas gloriosas de las que hablaron se pueden aplicar a los Israelitas de hoy en día. Eso es justamente lo opuesto a la enseñanza de los apóstoles, a la Iglesia primigenia y a todos los reformadores. Tal enseñanza es falsa. (Hechos 3:22-26). Todos los profetas hablaron sobre esos días.
 
Presta  atención a  los detalles de la anotación de Scofield en Efesios 3, dice: “En sus escritos (de Pablo) solo encontramos las doctrinas, posición, camino y dirección de la Iglesia”. La enseñanza de que los profetas no mencionan a la Iglesia es una tremenda mentira que ha lanzado un manto de oscuridad sobre el pueblo de Dios y les ha robado las promesas de Dios.
 
El Israel renacido tenía que ser Israel y también Iglesia, (1 Pedro1:23-25) ecclesia desde Moisés a los profetas (Mateo 16) Algunos piensan que cuando Jesús dijo, “Sobre esta roca edificaré mi Iglesia,” fue la primera aparición de la palabra Iglesia.
 
Esta  aparece en Moisés y  en el Viejo Testamento como  una profecía del pueblo de Dios y como una promesa del verdadero pueblo de  Dios en el Nuevo Testamento. Le dieron a la Iglesia el nombre qahal como el verdadero Israel de Dios. Dios dividió sus promesas entre el buen y el mal Israel. El les dice a los desobedientes que todas las maldiciones de la ley son sus promesas y que todas las bendiciones son para el buen Israel. Dios jamás  se refirió  a ellos como uno solo, porque diferencia cuidadosamente entre apostatas y obedientes Israelitas, incluyendo a los Gentiles.
 
En la doctrina de los apóstoles solo hay una promesa para el desobediente, la maldición.  La puerta de salvación está abierta  para el que quiera. Si  un judío acepta a Cristo, será salvo como el gentil. No hay nada que detenga al judío para que crea. Hay judíos que aman a Jesús. Doy gracias a Dios por ello. Si los judíos aceptan a Jesús, serán aceptados por el Padre. Pero las escrituras dicen, “¿Quien es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo…..TAMPOCO TIENE AL PADRE.” (1 Juan 2:22-23a).
 
Bien lo sabe Scofield.  En la página 922 de la BRS dice, “Israel será restaurado y perdonado, esposa de Jehová; la Iglesia la esposa virgen del Cordero. Israel es la esposa terrenal de Jehová  y la Iglesia la prometida celestial del cordero.” (1 Corintios 6:9-11, Gálatas 2:15) ! Es lo que dice Scofield!
 
Algunas personas bien intencionadas argumentan: “Es verdad que no aceptan a  Jesús, pero tienen al Padre.” ¡No es así! Según las propias palabras de Jesús en Juan 15:23, “El que me aborrece  también a mi Padre aborrece.” No hemos de seguir a maestros que dicen que Israel ama a Dios cuando los apóstoles dicen que no tienen el Espíritu de Dios y que tampoco lo aman. En Filipenses 3:2, Pablo nos dice que nos vigilemos al Israel terrenal, porque son enemigos de Jesús.
 
“Sus mentes están cegadas por la falsa enseñanza  y el velo sobre sus corazones será quitado cuando se vuelvan al Señor.”(2 Corintios3:14-16).
 
Y el versículo que dice, “¿Mirarán al que han clavado?”¿Entonces, se salvaran? Es otra doctrina falsa. Mateo nos dice lo que les pasará a los que no crean en el  Señor hasta el momento de su venida. (Mateo 8:12) “Más los hijos del reino serán expulsados a las tinieblas y habrán lloros y crujir de dientes”
 
(Un apunte de Scofield en Romanos 11, p.1204, BRS.) “Que la Iglesia Cristiana ahora hereda las peculiares promesas judías no se enseña en las Escrituras. Los cristianos son de la simiente celestial de Abraham y participan de las bendiciones espirituales del Pacto Abrahamico, pero Israel como nación siempre tendrá un lugar propio, y aun no han disfrutado de la mayor exaltación como pueblo de Dios en la tierra.”
 
Que distorsión más grande de las escrituras. Es vana ilusión. Dios no tiene un pueblo terrenal, (Juan 14:6, 1 Corintios1:29 y 15:45-50), “La carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios”.
 
“Observando esto,  es justo que Dios recompense con la tribulación a aquellos que te han afligen  y a vosotros que estáis afligidos, daros reposo  junto a nosotros cuando el Señor Jesús se manifieste desde el cielo con sus  ángeles flameantes, vengándose sobre los que no conocen a Dios  ni obedecen al evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, los cuales sufrirán pena de eterna perdición excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder (Lucas 13:25- 28) cuando venga para ser glorificado en sus santos y ser admirado por todos los que le creyeron.” (2 Tesalonicenses 1:6-10) Estos son los que le aman y los que le han estado esperando. La verdadera Iglesia descansará el día en el que el Señor destruya a los malos, cuando reciban la sentencia de muerte eterna. Él lo deja bien en claro que viene a dictar sentencia. El gran juicio es el día de su destrucción. Ver 1 Tesalonicenses 4:13-17. “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche, en el cual los cielos pasaran con grande estruendo y los elementos se mezclaran con ferviente calor, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas” (2 Pedro 3:10).
 
El evangelio fue revelado a la Iglesia de Jesucristo por el Espíritu Santo enviado desde el cielo. “Porque el Señor no hará nada sin que rebele su secreto a sus siervos los profetas” (Amos 3:7)
 
Dice Pablo en Hechos 26:22, “Persevero hasta el día de hoy dando testimonio a pequeños y a grandes y no diciendo nada que no dijesen los profetas y Moisés.”  Todo lo referente a la Iglesia proviene del Viejo Testamento y esta es la carga de la enseñanza de Pablo. Isaías 53 trata del líder de la Iglesia muriendo por su gente.  El Padre ha juntado a los gentiles con la nación de Israel y los ha transformado en un nuevo hombre en Jesucristo. El no constituyó una Iglesia para los gentiles. La salvación es de los judíos. “No temáis pequeño rebaño, porque es voluntad magna de vuestro Padre ofreceros el reino.” Él quitó  el reino al apostata Israel para formar la Iglesia.
 
Pablo, citando a Joel, relata la Gloria de la Iglesia en Hechos 2 indicando que Cristo resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha de Dios cumpliendo el Pacto Davídico detallado en Salmos 110:1. Está sentado para reinar en esta época de gracia en la que están juntos el bien y el mal. Esta época es el final de la lucha. Está descrito en Mateo13:37-43. No habrá más lucha entre el bien y el mal al final de esta época. Pablo enseñó lo mismo en 1 Corintios 15:24-26 refiriéndose al Salmo 110:1. Pedro enseñó lo mismo en Pentecostés cumpliéndose con la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.  
 
Pablo lo predicó refiriéndose al fin de los tiempos y que Cristo permanecerá en ese trono hasta que todo enemigo sea vencido y el último muera.
 
Solo entonces El dejará su glorioso trono celestial para venir a por los santos que todavía estén vivos, llevándose con El a aquellos que han muerto en Cristo para recibir sus cuerpos resucitados. Pedro citando a Joel 2:28-32 refiriéndose a la efusión del Espíritu se detiene en la mitad del versículo porque el resto es obvio, “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. (v.32) Pablo lo cita en Romanos10:13.
 
Si has estado  en Jerusalén en el día de Pentecostés, solamente hay un lugar donde encontrar la salvación,  en los 120  y su predicación del Reino de Dios que es una realidad espiritual que ningún hombre puede ver o entrar excepto si ha renacido. Si es una nueva criatura en Cristo nada más importa.
 
Joel anuncia esa escena maravillosa y la primera voz del evangelio en la coronación de Jesús. Algunos opinan que se realizará en milenio, pero Jesús dijo que al final de ESTA ERA enviará a sus ángeles para barrer a todos los que ofenden y echarlos al fuego. Los malvados  no estarán más entremezclados con los justos, atormentando y agobiando al pueblo de Dios.  Es el final de esta era. Entonces los justos brillaran como el sol en el Reino de su padre. “Ángeles flameantes se vengarán en los que no obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesucristo y serán castigados con  eterna destrucción excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder cuando venga para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron.” “Reposaremos cuando el Señor destruya a los malvados al recibir la sentencia de muerte eterna y les caigan llamas a los que no quisieron obedecer el evangelio. Algunos dicen que seremos arrebatados, pero como un ladrón en la noche vendrá a destruir a los malvados”.  (2 Tesalonicenses 1:7-10 y 2 Pedro3:10).
 
En Griego dice que no habrá modo de escapar, El  no perderá a los redimidos y tampoco al malvado...todos esos serán destruidos. Los malvados se consumirán con el resplandor de su venida exactamente como está escrito. No llegarán  los malvados al milenio, Mateo 13:40-42, 49,50. Cuando El venga será para salvar a los suyos. Si los judíos aceptan al Señor también podrán ser salvos. “No hay otro nombre bajo el cielo en el que debamos ser salvos.”(Hechos 4:12).  Es la única forma de ser salvos o de despojarse del espíritu del anticristo. Se ha de hacer AHORA, mientras la puerta esté abierta y se pueda decir, bendito sea el que viene en el nombre del Señor.
 
Los cristianos les hacen un mal favor a los judíos al sugerirles que tendrán  una segunda oportunidad o que por ser hijos de Abraham pueden ser salvos. El pueblo judío sufrió la peor destrucción que jamás antes padeciese ningún otro pueblo en el 70d.C, porque no creyeron lo que las escrituras anunciaban claramente sobre la venida del Mesías. Sabían cuando vendría por Daniel 9, pero ya que El no cumplía con sus ideas de cómo tenía que ser su Mesías, lo crucificaron y al final lo perdieron todo.
 
Todos los que no quieren creer la verdadera palabra profética de Dios sobre la segunda venida de Cristo, van hacia la destrucción eterna, excluidos de la presencia del Señor cuando venga para ser glorificado con sus santos.
 
Pablo explica la razón de su ceguera en 2 Corintios 3:13-16;  “ y no como Moisés , que puso un velo sobre su rostro , para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido; Pero el entendimiento se les embotó; porque hasta el día de hoy , cuando leen el Antiguo Testamento, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.....y aun hasta el día de hoy cuando se lee a Moisés el velo esta puesto sobre sus corazones. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se les quitará.
 
Solo el Espíritu Santo puede quitar el velo. Amo al pueblo judío y rezo para que Dios les conceda la gracia para que contemplen a Jesús, su Mesías, para que a tiempo se puedan salvar de la eterna perdición.
 
 
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